La Fundación contra el Terrorismo y la Violencia Alberto Jiménez-Becerril ha celebrado una nueva sesión de su ciclo de conferencias «Palabras de Libertad», que esta vez ha tenido lugar en el salón de actos de la Universidad Loyola Andalucía. Esta actividad es una iniciativa con la que la Fundación pretende dar a conocer entre los jóvenes lo que supuso el terrorismo en España y las consecuencias derivadas de aquellos años.
La sesión ha sido inaugurada por Fabio Gómez-Estern, rector de la Universidad Loyola Andalucía, y Enrique Algar, gerente de la Fundación. Seguidamente, la primera intervención ha corrido a cargo de Pedro Rivas, profesor del departamento de Estudios Internacionales y vicedecano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas en la Universidad Loyola. Bajo el título «El problema de las víctimas y victimarios en el terrorismo», la conferencia ha sido una clase teórica donde el profesor Rivas ha repasado la realidad del conflicto y cómo las víctimas fueron asesinadas bajo un discurso de odio, camuflado bajo en una supuesta lucha por la libertad del pueblo vasco: «Todo terrorismo, y especialmente el de ETA, tiene un modelo de poder que obliga a forzar la negociación con el Estado».
La segunda parte del ciclo se ha centrado en «El relato de las víctimas», donde los estudiantes asistentes han tenido la oportunidad de conocer más a fondo la situación de quienes sufrieron las consecuencias del terrorismo en sus familias. En primer lugar, Alberto Jiménez-Becerril, presidente de la Fundación Alberto Jiménez-Becerril, ha contado la historia de sus padres, Alberto y Ascen, y cómo sus asesinatos influyeron en el futuro de la familia. Así mismo, ha expresado que las acciones terroristas y la complicidad desde ciertos órganos «menoscaban la dignidad de las víctimas», por lo que «la solución es la justicia. No solo justicia social, que también, aunque se pueda malinterpretar, sino justicia de un Estado de derecho, justicia legal».
Otra de las personas que han intervenido ha sido María del Mar Blanco, presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco. Desde su visión, antes, durante y después del secuestro y asesinato de su hermano, ha contado un desgarrador testimonio que refleja la realidad de las familias vascas que han sido víctimas de ETA y cómo siguen sufriendo las consecuencias y el olvido: «Me niego a aceptar el discurso de que todos somos culpables o inocentes. No, aquí hay víctimas y verdugos, culpables e inocentes. Ahora que hemos derrotado al terrorismo, tenemos que ganar el relato basado en la memoria, la dignidad y la justicia», ha declarado Blanco.
Por otro lado, Cristina Cuesta, directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco e hija de Enrique Cuesta, ha compartido con los jóvenes el testimonio del asesinato de su padre y Antonio Gómez, el escolta que le acompañaba, en 1982. A partir de su experiencia, los atentados en el País Vasco nacían del odio, no de la supuesta liberación de un pueblo vasco al que estaban asesinando para imponer la ideología de los terroristas.
Por último, se abrió un turno de preguntas hacia los tres asistentes a la mesa redonda, donde los jóvenes mostraron su inquietud por conocer más detalles sobre los testimonios presentados y por mantener viva la memoria de quienes perdieron sus vidas por culpa de la violencia e intolerancia.