“Los años pasan, pero los deseos de justicia y de libertad siguen intactos, igual que el dolor” Teresa Jiménez-Becerril.
Cuando se cumplen dieciséis años del brutal asesinato a manos de ETA del matrimonio Jiménez-Becerril García, a los que debemos memoria, sabemos que nuestra mejor arma sigue siendo el ejercicio diario y sin condiciones de la libertad.
Este no es un muro al uso, no es un muro que nos separa, es un muro que soporta, que sustenta ideas, reflexiones, sentimientos de justicia, paz y libertad. Es un muro que nos une, es una pared que ha unido las sencillas opiniones de muchos ciudadanos plasmadas en sus ladrillos que hacen parte de una obra común que representa nuestra fortaleza como sociedad apoyada en valores de tolerancia, pluralismo, diversidad, respeto, solidaridad, y todo ello unido por un gran sentido de JUSTICIA con mayúsculas.
El Muro del Recuerdo es una actividad de memoria y homenaje a las víctimas, especialmente a Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García Ortiz, pero a través suya, al conjunto de las víctimas de terrorismo, en los días en que se conmemora el aniversario de los asesinatos de Ascensión y Alberto a manos de ETA. En esta ocasión se cumplen dieciséis años desde este brutal asesinato. Este año, además, se cumplen diez años de los atentados de Atocha con más de 190 muertos y casi dos mil heridos.
Para ello, la Fundación ha contado este año con la colaboración de jóvenes pintores que han realizado sus obras en gran formato sobre lienzos del muro.
“El ángel de la guarda simboliza la decepción de nuestra sociedad, que no ha sabido cuidarnos y protegernos contra la brutalidad del terrorismo. El ángel está en una posición angustiada encima del púlpito de la justicia. Llora por su decepción y, aún es una suplica para que la justicia triunfe y las victimas pueden reposar en paz, y el dolor de sus familiares pueda suavizarse.
A la espalda del ángel está el muro del recuerdo fuerte y alto, aunque cubierto del color de la oscuridad, de las capas del tiempo que pasa sin que la justicia y el bien triunfen juntos.
Un mensaje de tristeza y de esperanza a lo mismo tiempo.
Las manos: Las manos simbolizan la sencilla lucha del bien contra el mal. Las manos negras, el color del vacío, del olvido, intentan presionar hacia abajo, y el muro del recuerdo nos indica cuan dolorosa puede ser la opresión. Pero las manos blancas, color de la pureza y de la paz, hacia arriba, suponen la lucha del bien para levantarse, que nunca se rinde y no teme el recuerdo. El recuerdo nos da la fuerza para reaccionar para que no tengamos que levantar más muros del recuerdo, sino solo manos de victoria de una sociedad civil sin violencia, sin muertos, sin asesinados, sin dolor.”
Alexandra del Bene
“Acontecimientos que dejan huella,
estigmas en la piel,
voces que piden justicia, al unísono.
Sangre, en vano, derramada,
palabras que susurran libertad.”
“La palabra “terrorismo”, con sus fuertes connotaciones políticas en la sociedad, posee una elevada carga emocional que dificulta una definición concreta para el colectivo. Pero, lo que tenemos claro, es que cualquier intento del uso del terror, cualquier manifestación de la violencia como estrategia para conseguir un fin directo, va en contra de la naturaleza del ser humano y manifiesta un atropello a sus valores.
El hecho de conmemorar a las víctimas debería ser esencial para que en la colectividad tengamos la certeza de que podremos erradicar sus pretensiones futuras.”
Laura Martínez Pintado y Marco Antonio Ortiz Delgado