El 16 de junio se conmemora el Día de las Víctimas del Terrorismo en la Policía Nacional. Ante esta fecha, y dado nuestro compromiso hacia la defensa de las víctimas, la Fundación Alberto Jiménez-Becerril ha participado y organizado algunos actos relacionados.
El primero de ellos tuvo lugar el mismo 16 de junio. El vicepresidente de la Fundación, Joaquín Castillo, y el gerente, Enrique Algar, asistieron al evento institucional que la propia Policía Nacional organizó en el Parque de los Príncipes de Sevilla. El mismo, que estuvo presidido por el subdelegado del Gobierno en Sevilla, Francisco Toscano, y el jefe superior de Policía en Andalucía Occidental, Andrés Martín Garrido Cancio, consistió en una ofrenda floral ante el monolito instalado en homenaje a todos los agentes asesinados por las diferentes bandas terroristas que han formado parte de esta trágica parte de la historia del país.
De hecho, la fecha elegida coincide con el asesinato de la inspectora jefa María José García, quien en 1981 fue víctima de un tiroteo en Zarauz, durante un operativo de la Brigada Central de Información.
Dos días más tarde, desde la Fundación quisimos dar voz a los agentes que han sufrido las consecuencias de la violencia terrorista durante las últimas décadas. Para ellos, hemos celebrado una doble sesión del ciclo «Palabras de Libertad» en el IES Fernando de Herrera, gracias al convenio firmado con la Consejería de Desarrollo Educativo de la Junta de Andalucía y a la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla.
La primera intervención ha sido de Gaizka Fernández, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco y responsable del Área de Archivo, Investigación y Documentación del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. Los más de 200 alumnos del IES Fernando de Herrera que han asistido han tenido la oportunidad de conocer la historia del terrorismo en nuestro país, centrándose especialmente en el caso de ETA.
En el caso del segundo testimonio, hemos contado con la presencia de Juan Pastor, un polícia nacional cordobés que sufrió un atentado de ETA en Vitoria, durante 1982. Como resultado, acabó herido junto a otros diez compañeros, aunque el agente Francisco González sí perdió la vida, con tan solo 24 años. El testimonio de lo ocurrido, así como las diferentes amenazas que Juan recibió por parte de la banda GRAPO, son todo un ejemplo de memoria dignidad y justicia hacia las víctimas del terrorismo.
Así, continuamos estrechando lazos con una entidad que siempre ha defendido la libertad y los valores democráticos de España, desde la investigación y protección de nuestra sociedad. De hecho, el año pasado entregamos a la Policía Nacional el X Premio contra el Terrorismo Alberto Jiménez-Becerril, coincidiendo con su 200 aniversario.